El COVID-19 provocó que las principales bolsas del mundo tuvieran cifras históricas de pérdidas, luego de que se anunciaran medidas cada vez más estrictas para frenar al virus. En México apenas empiezan a sentirse los efectos, uno de los más graves que se prevé es en el sector turismo, que impactará directamente en los bolsillos de las personas.
–Con información de Daniela Barragán
Ciudad de México, 13 de marzo (SinEmbargo).- Las aerolíneas comienzan a registrar pérdidas; anuncian cancelación de vuelos y flexibilidad para postergarlos. El problema no solo se queda ahí, sino que llega a los hoteles, a los restaurantes, a todos los servicios que se nutren del turismo como el transporte o el comercio. El COVID-19 o nuevo coronavirus, tendrá implicaciones en la economía macro y micro del país.
De acuerdo con economistas eso ocurrirá, “sí o sí”.
En los últimos 27 años y en promedio, las actividades turísticas fueron equiparables al 8.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. La derrama económica derivada del turismo se estancó en el último año, ya que la variación porcentual fue de cero puntos porcentuales entre 2018 y 2019, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).
Hoy en día, el PIB turístico es equiparable al 8.7 por ciento del PIB nacional, o a casi dos billones de pesos corrientes de 2019.
El coronavirus viene a completar la “tormenta perfecta” de un entorno adverso para la economía internacional. Economistas entrevistados por SinEmbargo coincidieron en que el virus llega en un año en el que no se tenían los mejores pronósticos de crecimiento y los precios del petróleo, la gran materia de México, vienen en picada.
En el caso particular de nuestro país, los efectos que aún no son de la magnitud que en otros países, tendrán un efecto de escalera, es decir, empezarán desde un nivel hasta llegar al estrato más bajo, que en este caso serán las y los trabajadores informales.
El sector turístico mexicano dio empleo a 4 millones 526 mil personas hasta el cierre del año pasado, en que hubo registro del ingreso de 45 millones 23 mil 665 turistas extranjeros.
En 2019, el gasto total de los turistas extranjeros en México fue nueve por ciento superior al del año previo.
Las cifras preeliminares de enero de 2020 indican que el número de turistas que ingresaron y partieron de México fue superior al registrado en enero de 2019.
Por un lado, el número de turistas que llegaron al país fue nueve por ciento superior, al registrarse 3 millones 795 mil 392 llegadas internacional. Por otra parte, los egresos de México para el mundo aumentaron 0.4 por ciento, con un cúmulo de 1 millón 550 mil 434 traslados al extranjero.
El consumo receptivo (visitantes extranjeros) aporta el 18 por ciento del consumo turístico interior, mientras que el consumo interno (visitantes nacionales) contribuye en la actualidad con el 82 por ciento.
De acuerdo con las cifras más actuales del Inegi, mientras que la derrama económica ligada a la provisión de bienes fue a la baja (2.1 por ciento real entre 2016 y 2018), las actividades de servicios fueron al alza (19.4 por ciento real entre 2016 y 2018).
El 44 por ciento de los turistas extranjeros (19.6 millones de personas) ingresaron a México el año pasado por vía aérea. Del resto, 39 por ciento (17.6 millones de personas) lo hizo con su automóvil a través de las fronteras terrestres, además de aquellos que ingresaron a territorio nacional por otras vías terrestres (nueve por ciento o 4.1 millones de personas) y a pie (ocho por ciento o 3.7 millones de personas).
En los últimos tres años, el número de turistas extranjeros equivalió al 43 por ciento de los visitantes (o turismo receptivo) registrados en México cada año.
Un visitante es cualquier persona que transita por el territorio nacional con destino a un lugar distinto al de su residencia habitual, y puede ser tanto nacional como extranjero. En cambio, el turista es un tipo de visitante que pernocta en un determinado lugar por un periodo no mayor a un año, ya sea por cuestiones personales, profesionales o de negocios, de acuerdo con los “Conceptos básicos de turismo” del Consejo de Promoción Turística de México.
El día de ayer, la Secretaría de Turismo (Sectur) decidió postergar la celebración del Tianguis Turístico de este año, debido a la declaración de pandemia del coronavirus por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Secretario Miguel Torruco informó en conferencia de prensa, que el Gobierno de México decidió cambiar el evento que se realizaría del 22 al 25 de marzo, hasta el 19 al 22 de septiembre, en la ciudad de Mérida, Yucatán. La nueva fecha podría atraer a más tour operadores ya que se ha situado justo tras un congreso internacional parecido en Las Vegas (Estados Unidos), dijo el funcionario.
EL TURISMO Y SUS VERTIENTES
El doctor César Armando Salazar, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el turismo es una fuente importante de divisas para el país y que si hubiera una cancelación masiva de vuelos, lo cual entiendo ya esta ocurriendo, es el primer impacto directo sobre la estructura turística del país.
Dijo que aunque es difícil de cuantificar a priori, sí habrá una reducción de la demanda por servicios, primero para las aerolíneas, que ya han manifestado su preocupación y anunciaron medidas para reintegrar o mover los boletos, «eso genera un problema sobre la demanda de aerolíneas y luego los que reciben a los turistas, es decir, los hoteles, que tienen una perspectiva de cuánta gente van a recibir y a partir de eso cuentan con cierta planta de trabajadores».
Lo que sigue, consideró el doctor, es toda la gama de servicios turísticos al rededor de aerolíneas y hoteles, «y en todo habrá efectos negativos. Si las aerolíneas tienen que cancelar vuelos o tienen que reducir sus vuelos, pegará sobre la bolsa y los precios de los valores de las aerolíneas, entonces son efectos a nivel macro, en lo micro está el empleo en todas las actividades turísticas, porque quien ofrece servicios turísticos, necesita al cocinero, al de limpieza. Desde ahí se empiezan las afectaciones».
Por su parte, Abraham Vergara Contreras, académico de la Universidad La Salle y de la Universidad Simón Bolivar en Negocios y Finanzas, comentó que de parte del Gobierno debe haber un plan para ayudar a la pequeña empresa turística «porque sí o sí se verán afectados». Mencionó la creación de estímulos fiscales, no con condonación de impuestos pero sí con flexibilidad.
Coincidió con Salazar, en el sentido de que las afectaciones se llegarán a los sectores más bajos, sobre todo en aquellos que no tengan un contrato o que trabajen por hora y el sector informal.
«En el momento en que veamos que se cierra un hotel, hay unas plazas que están por contrato y pueden seguir cobrando, pero hay una parte que no lo están y que no van a tener ingresos y habrá afectación directa en los bolsillos. Eso puede pasar en las universidades y en muchos otros sectores, como los restaurantes. Eso hace que haya memos dinero en circulación y que el consumo disminuya», dijo.
Para el académico de la UNAM, las afectaciones en México no solo serán por la vía turística, sino por todas las cadenas globales de valor que se han visto afectadas por el virus y las decisiones de los gobiernos, lo que repercutirá en la producción y, de nueva cuenta, en el empleo en un país como México.
Además, continuó, influye que la economía no estaba en su mejor momento y «se empieza a hacer la tormenta perfecta, porque tienes un riesgo sanitario que te hace parar, pero al mismo tiempo una economía que venía decaída. Además, está el fenómeno de que no se ponen de acuerdo los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y caen los precios del petróleo y viene el coronavirus y vuelven a caer».
«Entonces te generan toda una tensión que se traduce en incertidumbre porque nadie sabe qué ocurrirá pero mientras tanto, nada se mueve. Si se frena la actividad económica en este sector, automáticamente impacta en los sectores más pequeños. Se genera un problema de demanda, una baja en la actividad económica», añadió.
Vergara Contreras también habló de «una tormenta perfecta: la caída del petróleo y toda la parte económica que viene de la mano con el coronavirus, aunque antes de esta epidemia, el crecimiento a nivel global no era el más halagüeño para 2020, pero la enfermedad le vino a dar en la torre a todo el mundo».
«El peso hoy llegó a los 23 pesos, nunca habíamos llegado a eso. Sí, una parte es externa, pero también hay un cúmulo de toma de decisiones internas que no ayudan a esta situación, el Inegi acaba de sacar el empleo formal y se cayó en febrero 2.2 por ciento. Eso quiere decir que nuestra economía no está sólida y no está fuerte», concluyó.